Ha pasado el tiempo y sin embargo existo con el quizá en mi mente.
Me invade sin previo aviso
Tu imagen difuminada,
Las viejas fantasías,
El tal vez e incluso,
Los quizá que tanto odio.
Me asusto y desisto.
¿De qué?
De la idea de tenerte.
Dejo en mi desecho de pensamientos unos cuantos y recurro a curas menos dolorosas, más borrosas.
Me pierdo y aguardo a dejar de encontrarme con tu recuerdo.