Poco dado a los bailes de salón,
suelo ser, en poesía, la elegía,
siendo así que la gran melancolía
se adueñó de mi triste corazón.
Nunca cedo si tengo la razón,
mi locura comparto porque es mía;
siempre odié la palabra hipocresía,
siempre amé la verdad, sin condición.
Soñador, holgazán, casi poeta,
no me importa salirme del camino
para ver el rosal en la glorieta.
Mientras, entre lo humano y lo divino,
voy llenando de sueños la maleta
que tendré que cargar en mi destino.
Claudio Batisti