Una de esas noches misteriosas las espinas y las rosas deambulan por castillos
con playas arenosas.
La noche está para cuchillos pero con un gran cintillo se decora la carroza.
Ya no hay malas palabras para el muerto
Solo algunos entretuertos que no fueron bien resueltos que se sepa.
Lo que ocurre en cada caso.
Se absuelven los pecados
y la muerte es hermosa y sus discursos amorosos.
La que justamente añoro
en estas noches misteriosas
Y sin reposo.