Como en sueños, cual quimera,
llegué a la gasolinera
alucinando el instante
deseando llenar el tanque.
De mi auto, mas, . . . sorpresa,
vi flaqueada mi entereza
viviendo experiencia amarga
con terrible fila larga.
De pronto un “chairo” nefasto
dijo que no hay desabasto
de carburante en expendios,
que son mentiras de medios.
Que todo lo veo al revés
que tan solo hay escasez
porque el cliente, obsesionado,
ahora “carga” demasiado.
Dejándome muy perplejo
señaló, al punto, sin dejo:
“estoy pidiendo a choferes,
sean hombres o sean mujeres.
Compren poco combustible”,
por Dios, en forma increíble
les comento lo anterior
sin salir de mi estupor.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 09 de enero del 2019
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