No debí…me sorprendió,
me deje llevar de su apariencia…
y caí…
me deje convencer de su aspecto inofensivo,
parecía tan sincera…tan humana,
irradiaba un haz de luz cuando miraba,
desprendía mucha paz en su sonrisa,
me conmovió su triste historia...
y así jamás imagine que mentiría.
No debí…fue un error,
caí en su trampa,
me engaño,
confié en ella…
y le conté de mi... ingenuamente.
No debí permitir que me envolviera,
caí rendido a sus embrujos…tontamente,
me sedujo el fervor de su pasión,
y como a un chaval …inocentemente…
me embelesó con sus encantos.
No debí dejarme envolver por sus antojos,
debí alejarme de su caos,
me arrastró a su rutina,
y caí en su chantaje…en su estafa,
me hipnotizó con su fragancia,
paralizo mi sensatez y mi cordura,
secuestró mi buen juicio,
y se aprovechó de la ilusión que yo sentía,
y entró en mi corazón herido…
y sin piedad destrozó lo que quedaba.
No debí dejar jamás mi soledad…
debí ocultarme para siempre en el silencio,
apartado de la atroz seducción que me incitaba.
Debí huir cuando la vi…
y esconderme en un rincón de la tristeza…
para que no me hallara.
Pero caí en la tentación de suponer que sería diferente,
que esta vez…habría amor en lo que sentía,
Y bobamente…me he dejado embaucar de su aparente timidez,
de su falsa nostalgia…de su embustera melancolía.
Me deje persuadir de sus suspiros…y de sus supuestas lágrimas.
Y ahora estoy aquí…atrapado en el dilema,
condenado a su maleficio.
Estoy aquí desgarrado…nuevamente,
con el alma hecha pedazos,
con la confianza mal herida…
y la esperanza desahuciada.
Estoy aquí…como antes…
solo que ahora…
la decepción es más frustrante…ahora si es completa.
No debí…me sorprendió,
me deje llevar de su apariencia…
y caí…si…caí