Conocí, un mundo insulso, carente de amistad,
No subsistían los seres, por no conocer, la caridad.
Los sentimientos del ser, no tenían, ninguna razón.
Solo interesaba, el tacto del dinero, y toda su sazón.
Encontré, seres altivos; infructuosos sarmientos,
Almas, defectuosas, tan vacías de sentimientos.
Y algunos escasos higos. Acuosos en verdades,
Preferí, los fructuosos, llamados amistades.
Amigo, no es una fantástica y artificiosa, palabra mágica.
Que pronuncias y te libra, de cualquier escena trágica.
Mucho menos, una pócima, contra cualquier, contrariedad,
Que te rescata del difícil problema, sin importar la oscuridad.
Un amigo, es un ser especial en tu vida, como un hermano,
No se ríe, si te hala el cabello, ni tiene las quejas, en la mano.
Un amigo te ayuda a levantarte, en la difícil y cruda calamidad.
Y te da buenos consejos. Si derrochas, en eufórica prosperidad.
Su hablar, es firme en verdades, como fuerte acero en la fragua.
Estando juntos, con sed, en el desierto, te regala, su única agua.
Él es la pequeñísima y frágil semilla, que cubriste de niño. Bajo tierra,
Después de germinar, es un titánico árbol. Y el, fiel, te recuerda, como eras.
Te envolverán sus delicadas hojas y ramas. Aun estando viejo, Y a él, le duela.
Será agradecido, hasta que se apaguen las estrellas, o muy viejo, muera.