Raúl Carreras

Venecia

En el versículo inconexo
de la noche, la luz dudosa
de la luna envuelve el idílico
embarcadero de las góndolas.

El eco de una serenata
susurra el salmo de sus notas
en el umbral de la liturgia
solemne del barquero en boga.

Canta y brega en la angostura
de los canales que enamoran,
de los románticos pasajes,
del leve vaivén de las olas.

Travesía entre mascaradas
en una antífona ilusoria
de magia, hechizo y seducción,
en mi Venecia encantadora.