Ben-.

Los sueños supervivientes-.

 

Contemplen si no, el vergel

dorado, el instinto domeñado,

la verdad inutilizada por ejemplo

del sueño. Contemplad sin dudarlo,

los labios apelmazados tras la sonrisa,

el hálito nocturno de los emplazamientos,

las rosas que se secan entre páginas de amianto.

Yo no sé este extraño casamiento, estas extrañas

nupcias entre cielo y tierra, donde se embalsan

aguas y tóxicos en mitad de la sierra despoblada.

No sé sino de ese hueco indolente que capitaliza

un diente, de esa pulcritud de los trenes

que rondan las águilas por arriba, y de esos aeroplanos

que visten crespones negros en los sueños supervivientes.

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