Con mucha ternura te doy el divorcio,
y no te preocupes por nuestros hijos,
ellos no parecerán del pan en la mesa,
porque lo tendrá a diario, y si quiere
regresar a casa, con mucho amor
te recibo; o démonos un tiempo para
espezar de nuevo, porque mi amor
aún vive en mí, por ti, y mis hijos no
quiero que sufran, porque a ellos
también los amo con locura; y cuídalos
mucho son frutos de nuestro amor
tan bonito , que tú por celos lo quiere
deshacer; yo no quiero porque aún los amo.