Que triste es soñar con ella,
ella sueña con quién no le para bola;
me lo dijo un angelito, que con ella
frecuenta, y a mí me sucede lo mismo,
que tristeza la mía, yo amándola
con locura y su Merced, ni una mirada
de amistad tengo. Hasta mis letras
son de amor ,y esa tarde de ocaso, pasa por mí verá, a caminar de playa; mis miradas son en su andar de ternura que lleva, que me inspira
cositas bellas. No sé, cuándo tendré
ese placer de hablar con ella, solo
le ruego al creador que me quité
está pena, teniendo su amistad
o algo bonito, que sea su amorcito.