Dices que no voy a visitar a tu casita,
creeme mujer, cuántas veces he ido,
está cerrada tú puerta y entro en pena,
porque creo que no me quieres ver,
o no quieres saber de mí. Cómo me
gustaría que me haga felíz, y te
he llamado, tú teléfono suena apagado,
hasta un mensaje sale no enviado.
Que pena tengo, y tú dices que yo soy
ingrato, y mi amor por tí es tan santo
que solo a vos amo.