Dormiré toda la noche, le pediré
a Dios de tenerte, aunque sea en mis
sueños, y me despierte muy temprano
a agradecerle, que otro día sigo vivo
y felíz, sabiendo que no estás a mi lado
amándonos; que bonito sería que estuvieras
conmigo, queriéndonos como Dios manda,
eso sería un milagro y fantástico.