Cuando Dios te creó
llenó de belleza el mundo.
Pero bien se olvidó por completo
de mis emociones.
Nacer junto a tí,
es un placer que siento en mi corazón.
La gratitud más grande que escondo
a la vida
¿Cómo podría hacértelo saber?
Si una mirada de tus ojos,
es la manipulación de cientos
de serpientes.
Tu despampanante sutileza por hacer de tús caprichos una odisea en mi vida,
es igual de gratificante que la lluvia en tierras áridas.
Definitivamente no me entiendo
y nunca me haré entender,
pero el día que Dios te creó,
ese día yo desperté de aquel umbral
y atravesé los confines del sueño,
para vivir la realidad a tú lado.