La vida es tan justa
que en este amargo dolor,
permite pasarlo entre esta espaciosa soledad
sin el cobijo de un abrazo.
La sonrisas tan justas
que se sienten como una amarga alegría,
un gesto vacío, una fuerza inexplicable.
Sentimiento que queda ausente
ante su portador, pues la propia lástima
no permite al portador disfrutar del sentimiento que arrebata,
pero da alivio en el ultimo instante, ante el ultimo suspiro y sollozó.