Me engañaste corazón
en la llama de tu amor
en las noches sombrías
que pedían a gritos
una vida.
Me engañaste corazón
tan vanamente
que mis lágrimas
cayeron en un río elocuente.
Me engañaste corazón
en la tristeza de tu yo;
quizás la obsesión
no puedo cicatrizar más
las heridas que una vez
la lluvia cubrió...