Mister Tunty

Un Pelo

UN PELO

Se me ha caído un pelo, lo he visto en la almohada que lleva bordado mi nombre y un conejo, almohada que tengo desde niño, pienso y recuerdo en que cuando fui niño nunca tuve el pelo largo, pero ahora sí, ¿Cuánto se puede llegar a cambiar en unos años? Es normal, hay cambios de niñez a adultez, ya sabemos eso gracias a los retrógrados aunque certeros libros de biología, pero, internamente, psicológicamente, ¿Sigo siendo el mismo?, ¿Sigo siendo el mismo niño que quería pintar horas y horas?, ¿Sigo siendo el mismo niño que le gustaba bailar pero no que lo vieran hacerlo?, ¿Sigo siendo el mismo niño que, obligado tuvo que vivir en las sombras de dos hermanos mayores?, ¿Sigo siendo él?

Me entristece pensar, y aunque duela tengo que admitir que él, ya no soy yo. Ahora, tengo tantos creyones que dejé de usar, porque mis dibujos no eran tan buenos como los demás, ya no bailo, porque a nadie le gusta como lo hago, ya no vivo en la sombra de unos hermanos, porque ya he construido mi propia sombra. Bien, llegados a este punto, quien es mejor, el Fernando que miraba con ilusión el futuro, o el Fernando que mira con cierto horror y ternura el pasado?

Pues, para mí, la mejor versión de ese Fernando, es ese pelo caído.