Déjame hundirme en el fondo de tus ojos negros,
Que mi mente y mi ser nunca olviden,
Cómo es vivir al filo de la noche contigo a solas.
No apartes tu mirada, no la lleves a otra parte,
Que ella sola me recuerde quién eres,
Cómo besas, tus acaricias y a qué hueles.
Escurre sin prisa tus ojos sobre mi,
Descubre con ellos mi huracán y mi selva,
Encuentra tu mirada con la mía.
Mírame bravo, con la dulzura de un niño,
desnuda con tus ojos mi alma, posee mi cuerpo,
Que mis ojos se claven en la negrura de los tuyos.
Déjame sumergirme en la oscuridad de tus ojos,
En la luz de tu mirada, suave y tierna, febril y salvaje,
Quiero mirarme en ellos, así tan negros,
y perderme en el mar de tus pupilas.