Cumbres nevadas,
preludio del invierno
que llega pronto.
Se va noviembre,
pasó sin enterarnos,
y es un recuerdo.
Hoy te estremeces,
pequeña mariposa,
y es comprensible.
Atrás quedaron
los días del verano
tan caluroso.
El cielo azul,
la brisa del nordeste,
te acariciaba.
Y tú volabas,
marchabas con tu gracia
por la campiña.
Ahora nos queda
vivir de los recuerdos
de aquellos días.
Y si es posible
gozar del sol, si sale,
en la mañana.
De todas formas,
sigamos a los niños,
con su inocencia.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/21