Yo escribo a mi ritmo
no digo este o aquel trino
no me adjunto a ningún arbitrio
ni me sentencio a muerte
por el pitido final de ningún artífice
de la belleza. Está bien lo que hicieron,
pero yo sigo mi camino; sigo siendo
mezcla, miscelánea, mixtura,
de amuletos y nevadas. De cánticos
y desesperanzas, de glosas y círculos.
Los campos, los páramos, las desiertas
estepas, se solidarizan conmigo: soy de
sus mejores amigos. La soledad, aunque
a veces mezquina, no se me hace rala,
entretengo mi pensamiento con migas
de su sustancia. Yo escribo a mi ritmo,
no digo éste o aquel trino-.
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