Cabalgando viril por un bosque encantado
un centauro descubre que ha transgredido el tiempo.
Se detiene un instante trotando en su pasado
y frustrado presiente que aún no es el momento.
Galopando en silencio se refugia en su mito
tenebroso y vacío donde suele vivir
y a lo lejos se escucha un estruendoso grito
de un ser desamparado procurando existir.
Recostado a su suerte se pregunta angustiado
por qué nadie comprende que él también es de aquí
y su amargo sollozo de amor desesperado,
me ha hecho sentir de pronto, que me recuerda a mí.