Tu inmenso corazón esta en mi mente
como ese mar que arrastras en mi arena
avivando las llamas de condena
cuando veo tu silla y estás ausente.
Recuerdo con nostalgia los momentos
que disfrutamos juntos entre abrazos
anudando con brío nuestros lazos
y sogas adaptadas a los vientos,
momentos que me duelen demasiado
al no tener tu mástil a mi lado
y tu sol con el claro mediodía,
pero siento que guías el camino
cuando mueve las aspas mi molino
ese río que lleva tu alegría.