Cuántos momentos
transcurren sin fin
en esta película;
sin inicio ni final,
sin protagonista o antagonista
ausente de espectadores,
carente de dirección.
Continuamos saliendo a escena
todos los días
para conservar
el papel sin relevancia
para el que no audicionamos.
Mientras anhelamos salir del guión
o,
en el mejor de los casos,
en espera de los créditos
ya sea para aparecer en ellos
o por el vano deleite
de que haya culminado