No habré de escribir ningún verso triste,
pues esta noche es ya todas las noches
y sus cielos apagan los reproches
de lo que yo te dije y tú dijiste.
Tus abrazos con otros compartiste
y lejos te llevaron en sus coches,
abrumándote con ricos derroches,
pero, nuestro instante, siempre persiste,
lo tengo en mí, aún más idealizado,
tus besos son un beso indefinido
que es muy suave, sutil y prolongado,
aquel que sentí y que nunca se ha ido,
pues mantengo tus labios a mi lado
al recordar que fue correspondido.