Yo era joven.
Veía luz y sol,
uvas apretadas
en la tarde.
En la luz, habitaban,
todavía, siluetas afables.
Y en los árboles, colgaban
frutos tan ricos como el agua.
Ahora, pavesas que se vierten,
en un cielo constante de presagios,
la luz se consume en mis ojos.
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