Comienza un triste momento,
un antiguo tormento,
siempre jugando,
siempre escapando,
de aquellos seres viles,
que vienen a por miles,
en un momento dado,
perdí lo más amado.
Recuerdos pasan fugaces,
en cambio, otras veces,
me hacen llorar,
detestarme y rabiar,
que paradoja,
la que mi mente aloja,
me ven feliz,
no saben que soy infeliz.
Me ven reír,
no saben qué vivir,
para mí es un suplicio,
se ha convertido en vicio,
ocultar mi dolor,
maquillarlo con dolor,
alegría para los ojos,
polvo de suspiros,
sombras de insomnios,
coloretes de un adios,
sangre para los labios,
desconfiar es de sabios,
la gente es manipuladora,
traicionera y engañadora.
Quería confiar,
¡Por última vez confiar!,
sin embargo, solo me fallaron,
por mis ojos rodaron,
gruesas lagrimas,
y pongo en estas rimas,
toda la rabia contenida,
ahora me encuentro escondida,
entre muchos muros,
intuyo días oscuros,
pero quiero ver,
y no quiero nada saber.
He caído en un pozo,
en el cual me destrozo,
pero todo será por mi bien,
¡al final estaré bien!...