Qué difícil es... ser inmigrante
No hay barrera,
no hay tiempo.
No hay costa
si todo, a tu alrededor,
es nada más que agua.
Qué difícil es llegar
y no tener nada
más que hambre,
dolor, lágrimas
y sinsabores.
Qué difícil es tocar
y te abre la indiferencia,
con sigilo y recelo,
mirándote de reojo.
Qué difícil es despedirse
y dejar en esos abrazos
la promesa de volver
aunque te sientas desfallecer.
Qué difícil es alejarse
y volver a empezar
y cuán emocionante es lograr
aquello que no podías alcanzar
en tu misma tierra.
Ay Dios mío...
Qué difícil es ser inmigrante
en tu mismo planeta.
LMML