Alguien que aparezca de la nada
y no se asuste de tus heridas.
Quien te vea destruida y
se arremangue para sacarte de un mal día con su presencia o las horas contadas.
Con quien puedas sentarte a contar parte de tu vida sin desnudarte el cuerpo, mientras que llevas vestida el alma con desilusiones.
Pídele a la vida un cómplice.
Que no tenga vergüenza de verte a cara lavada, con las manos agrietadas o liviana de lujos .
Que te busque con esa preocupación que solo sienten los que tienen miedo de perderte por que eres parte de sus planes y su felicidad.
Un cómplice cuando no haya ganas de hacer el amor pero sentirlo en una caricia, un detalle o una palabra.
Que sepa distinguir esos instantes de soledad que se necesitan cuando pasaron horas o días sin verse.
Pídele a la vida un cómplice.
Con quien no puedas tener secretos...
Que llegue la noche y te bese la frente, te saque los miedos, te meta en su presente.
Alguien capaz de entender como eres por que no ha sido fácil cada mañana cuando despertaste y te preguntaste una y otra vez, hasta donde puede llegar el dolor y las ausencias.
Un cómplice para reír y llorar.
Saber que puedes apoyarte en el cuando tus piernas tiemblan y necesitas un abrazo más que cien palabras.
Con quien te despidas al cerrar los ojos y te sientas completamente segura de que al abrirlos, estará a tu lado, aun sin estar, sabiendo que contigo nada será fácil, pero te acepta, te quiere y te elige día tras día.
No lo busques.
No lo sueñes
Pídele a la vida un cómplice.
El universo siempre conspira a tu favor....
Cuando pides de corazón lo que una se merece...