No me digas que no me esperas,
porque yo de penas te lloro.
No me digas que no me sueñas,
que yo por soñarte respiro.
No me digas que no te extraño,
que por abrazarte muero y de morir sin verte mejor vivo.
No me digas que no te quiero; mendigo tus besos,
ruego a tus brazos. Te espero.
No me digas que no me esperas,
que por esperarte muero,
por besarte ruego,
y por verte sin sentirte me desvivo.
No me digas que no te quiero,
te quiero aunque muera sin verte,
o si vivo y muero por no tenerte.