Entre esa multitud despreocupada
Meneándose al compás de ciertos ritmos
Vaga esa mirada mía,
melancólica de tanto pensamiento que la empaña
Esa gente, tan ajena al resto que le circunda
Ajena al cansancio, a las penas y desgracias de los otros
Ajena a las alegrías, las plegarias y la paz de muy pocos
Aflicciones y plegarias, bendiciones y suspiros
que el viento lleva serpenteando
Sacudiendo faldas, soplando frentes
Que envuelve a todos y ellos con su baile los esquivan
Preguntan por un ausente, lloran por un muerto
Claman por justicia, boca apasionada contando sus secretos
Risa de infante que escucha embelecos de su madre
Mas la gente, no conoce esas otras gentes
Solo presta atención a su música, a su bebida y vestidura
Sus corazones agitados piden alargar su diversión
No escuchan otros latidos ni penetrar en otras mentes
Vaga la mirada mía, vaga mi silencio
Mis pies no reconocen esos ritmos
Mi mente se entrelaza con las voces y los latidos
Con ese viento que viene y me impregna
Con esos otros que desde no se donde van pasando
Y me estrujan sus penas, me exaltan sus alegrías
Quisiera ser cometa, quisiera ser medusa
Moverme graciosamente en el cielo
Escribir sobre el blanco espacio de las nubes
Decirle a todos que la bondad aún existe
Tener un cuerpo transparente cuyas venas
Como luces de neón refuljan en la negrura
Iluminar esos recovecos olvidados
Quisiera ser la odalisca que se contonea seductora
Y su velo incite, y sus gasas ofrezcan el convite
Perfume de ambrosía,
Dibujar en otro cuerpo celosías
Pero una voz soez y un aliento fermentado
Me sobresalta y abruptamente caigo
Pierdo el hilo y caigo
Como plomo derretido caigo
Entre esa gente que ríe y baila despreocupada