Recorrí las calles en tu ausencia, y entre las paredes pude oler tu presencia,
Con aromas de flor silvestre y color de diamante pulido,
Pude recoger un hilo que llevaba tu nombre en su frente,
Con bordados dulces y claros, de cabellos color castaño,
De voz tan excitante y de respirar no agitado,
Mire entre las nubes del cielo, el sabor que dejaron tus manos,
Y una melodía radiante con la luz del sol se asomaba,
Y entre aguas claras de un riachuelo tu figura se dibujaba,
Tu ausencia me ha enseñado a mirarte con mis ojos cerrados,
A tenerte cerca y a sentir tus manos aunque ella no me estén tocando,
Entre notas de canciones te voy recordando,
Y en cada palabra de amor en mi mente se van avivando,
Todos esos momentos románticos que e disfrutado a tu lado.
En tu ausencia e lanzado al viento miles de palabras con llanto,
Pero nadie me da respuesta, quizás ellas no han llegado,
Al destino que yo quisiera, ese destino que llevan tus pasos,
Recogí de entre las hierbas tu calor y tus abrazos,
Me acosté sobre ellas y un te extraño se escapo de mis labios,
Te extraño porque te pienso, te extraño porque te amo,
Te extraño porque no te tengo, te extraño más de lo que te amo.
Entre esas calles solas pude mirar tus encantos,
Tu sonrisa se apareció en el aire, y detrás de mi tus pasos,
Y una mirada traviesa me invito a dar un salto,
Hacia un laberinto de pasiones y de amor muy derramado.
Ausencia, dueña de mis ilusiones y amante de mis emociones,
A veces dulce a veces amarga, a veces fría y sin sabores,
Tu ausencia es como luna llena,
Donde se escuchan los aullidos de lobos feroces,
Es como encender la llama de cicatrices y dolores,
Se escucha como vacio, como silbido espeluznante,
Así como leyenda que asusta a sus alrededores.
Pero también esa ausencia es pasajera, caminante y sin rencores,
Se desliza por mis mejillas como pétalos de flores
Ausente te quiero más,
Pero vuelve que necesito el calor de tu cuerpo,
El sabor de tus besos y la calidez de tus brazos.