Las nubes apagan las estrellas
cuando ven transitar los amantes,
la luna su cara blanca filtra
el velo que viste los cristales.
Los amantes sigilosos callan
ligeros cogidos de las manos
con sus incomprensibles rumores
velan, por los furtivos portales.
Escala afable surge ligera,
desde un alto mirador se extiende
secreta, entre tinieblas se esparce
salvaguardando a los caminantes.
Brisa perfumada de azahares
cantando reside por el río,
seduciendo a la luna de plata
el agua se la lleva en celadas
Las fuentes desparraman sus gotas
en el patio de bellos arriates,
regando las coloridas flores
nacidas en el lúcido mayo.
La noche vestida de lunares
llega al alba envuelta de volantes
con viento acusador susurrando
los secretos de los amantes.
Carmen Arjona.