Estaban el cerebro conversando con el pulmón,
Estaban los dos en un bar...
El bar del subconsciente, el bar de la irrealidad, el bar de la imaginación…
El pulmón no dejaba de fumar,
El cerebro no lo dejaba pensar…
El cerebro ordenó a los ojos mirar una mujer,
El corazón bombeaba todo lo que podía,
El cerebro, pa variar, se acostó a leer…
La sangre navegaba en el mar de las venas…
El pulmón tocía como enfermo,
El hígado pateaba las puertas,
Todo era irreal y confuso…
Las mesas viajaban por el cielo cantando una canción,
De pronto el oído escucho una voz…
Afuera las estrellas borrachas brillaban de emoción…
La gravedad al tímpano susurró un silencio…
El cerebro al fin se durmió…
Y todo el universo con sus ojos se cerró...