Sostén mi alma para decirte adiós,
y dame la fuerza que necesito,
intento hacerlo y le he pedido a Dios.
La amistad nuestra ha sido todo un hito,
jamás pude prever las consecuencias:
¡quererte sin tener un requisito!
Aprendí, y me quedan experiencias,
y de muchas aún, no soy consciente,
¿cómo pueden amarse las esencias?
Fui contigo un poco inconsecuente,
esperaba nuestras platicas diarias,
y pensaba que eso era intrascendente.
Nuestras almas vacías, como parias,
se acercaron, y olvidan las distancias,
se entregan a conversaciones varias.
Comparten tantos temas de importancia,
otros menos, en fin eran diversos.
de las almas llegaba la fragancia.
Te pienso, y hoy te toco con mis versos,
porque inútil esquivo tu partida,
y atesoro recuerdos ya dispersos.
Duele tanto arrancarte de mi vida,
no hay marcha atrás, la razón me apresura.
llegó el momento de nuestra despedida.
Volverán mis noches negras, ¡mi locura!,
y me abandonarán las alegrías.
Renunciaré de nuevo a la cordura,
soñando viviré entre fantasías.