Humberto Peralta

TRISTEZA

La tristeza me a robado el corazón y lo a despojado de la felicidad que me daba el saberme amado, la felicidad que me daba el saber que alguien me esperaba en casa con ganas de estar conmigo de hablar y planear nuestra vida juntos, más, ahora sin embargo la tristeza invade mi alma y cuerpo y mi corazón, y lo peor es que no se como sacarla de mi vida, porque ya nada me provoca luchar por la felicidad que tenía con quien algún día me hizo sentir importante y feliz, mucho tiempo me reprocharon que nomás me la llevaba en el teléfono y fue prescisamente eso que me reprocharon lo que me ganó su atención, fueron muchas horas de soledad en ella que poco a poco la atención a el teléfono me fue ganando terreno y dejé de se importante en su vida… dice que mi mal genio y mi amargura, tiene razón, porque el solo hecho de pensar que ya no le importaba yo más que lo que ella desaba me hacía y me sigue haciendo ponerme o sentirme así. Siempre lo he dicho y lo seguiré pensando igual, no soy el mejor hombre, tampoco el peor, pero lo que sí sé es que soy quién la ha amado y no puedo dejar de hacerlo, así y ya la haya perdido. Creo que eso es irrelevante para ella, ya tiene sus prioridades y claro está que yo no estoy incluido en ellas. La tristeza me arropa cada vez más, no se hasta que punto me vaya a llevar, ni ganas tengo de enfrentarla de nada me sirve ya. Solo me queda agradecerle los buenos momentos que hace mucho vivimos y desearle con el corazón en la mano toda la felicidad que se merece y que yo no supe como ni cuando perdí el camino que recorriamos juntos para alcanzarla. Daría mi vida por ella si pensarlo ni un momento siquiera por verla feliz, y si hoy que se que la he perdido ella está feliz, podré irme contento sabiendo que mi partida a sido la causa de su felicidad, esa que la tristeza a mí me a arrebatado. Aprendí en estos años a su lado a amarla y a quererla, aprendí que la vida junto a ella valía la pena vivirla, aprendí a contagiarme de su risa,  aprendí a refugiarme en su noble corazón, todo eso lo aprendí porque solo ella me lo enseñó, pero me enamoré tanto de ella, y no quise saber más pensando que mi vida ya estaba hecha a su lado. Por eso la tristeza me gana, me gana tanto que duele en mi alma incapaz de aprender como sacarla de mi, si llegó para arraigarse y nunca le aprendí como le hace para sacar a alguien de lo más profundo de uno. O será que yo no llegué tan adentro por eso hoy estoy fuera??? Mejor me quedo con el que me perdí esa lección, no le puse atención a eso por estar siempre metiendola cada día en lo más recóndito de mi alma….cuanta felicidad entonces, esa que hoy me arrebata la tristeza y el desconsuelo de haberla perdido….