Silvestr

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Ama hasta que tú corazón arritmico toque la mejor percusión de jazz, sueña hasta que el hombre conozca a otros hombres de otros planetas, no vivas para ser inmortal, vive dejando huellas en la arena movediza. Y cuando este apunto de sumergirse tú cabeza, grita: ¡arrepentido, jamás; vivi como nadie, porque ese nadie soy yo! Y luego mueres. En paz.