Son tus ojos sutil cielo
donde yo puedo mirar
esa gran inmensidad
de un lugar albo y sereno;
son tus labios el deseo
de ambrosía espiritual,
de ese beso que será
inextinguible recuerdo;
es la seda de tus manos
dulce manto de ternura,
tus cabellos, tu regazo,
el imperio de la luna,
donde siempre disfrutamos
los placeres que perduran...