Pensé que en mi vida había fracasado,
mi vida estaba rodeada de licor, malas decisiones
y una inmensa soledad.
Los amigos no eran tal,
mi profesión no me llenaba, buscando solo
vivir entre la cantina y mis sueños de destrucción.
Pero llegaste a mi vida,
empezó con una charla amena, que ayudo a conocerte
y luego un beso furtivo que movió de nuevo mi corazón
Nuestra relación empezó con una ardiente amistad,
llena de lujuria, un éxtasis desenfrenado
y mil locuras en los sitios menos esperados.
No había lugar ni momento que frenara nuestra pasión,
lo que nos nubló la mente, dejándonos llevar por el calor
y eso nos trajo el regalo más preciado que nos dio Dios.
Nuestro hijo no podría llegar en el mejor momento,
salvándome junto a ti, de la vida de desastre que llevaba
y nos permitió afianzar esta relación.
Comenzamos a ilusionarnos y ver un camino juntos,
pero en su transcurso siempre tropiezos tuvimos
y no los supimos abordar para superarlos.
Siento haberte desilusionado y te pido perdón,
por no medir el alcance de ese tiempo de silencio
y más cuando espere lo que yo debía haber hecho.
Nunca debí esperar que reaccionarás sabiendo quien eras,
debí buscarte, demostrarte este amor sincero
y no guardármelo, dañando todo lo antes expuesto.
Para ti puede haber sido un sueño, que termino mal
pero sé que fue una hermosa realidad, por la que he decidido luchar
y te pido que por favor no olvides todo lo vivido
y regreses algún día al lado mío.
G3