Ausente las lluvias
las hierbas exprimen la alegría
de las cicatrices ramadas
Angustia por ver el lento goteo.
No hay agua en el balde
ni sopa para la noche
solo una vela encendida
por querer domar el acróbata fantasma
y vomitar los manantiales estresantes.
La sonrisa de la vaca se apaga
como la flor de su aliento agotado;
deambula enferma
como un barco carcomido y sin agua;
al final el viento borra toda las huellas
como huesos triturados
por el enjambre de los lobos nocturnos.
No hay agua en el balde.
La olla sigue vacía junto al plato hambriento,
se quiebran las lágrimas de las cucharas.
Ayer hubo granos de trigos
pero hoy, deshidratados
hasta los polvo ahogados por el agua;
son los nombres olvidados por la historia
pero buscados por el pan de otro lazo,
solo presencia deshabitada
de algunas carroñas indemnes
a las sedientas ballenas
en los buceos de alguien.
Autor: José L Condori