Te despertás a las nueve
con el sonido de la gaita
Ellos pasan aún si llueve
en la van de Tía Marta
Te sorprende un arcoíris
al asomarte por la ventana
Es de mil pájaros de Ymir
-¿Ya estamos en temporada?-
-Qué vida ordinaria-
decís cansado
Demasiado acostumbrado
a lo cotidiano
Después de ir al baño
te movés a la cocina
Te ven los seres de antaño
y con vos caminan
Van los duendes y las hadas
carnaval de claro de luna
Entre tenedores y cucharas
al gato vuelven a su cuna
-¿Son seres milenarios
y solo saben bailar?-
Tu voz no puede disuadirlos
también saben cantar
Te trae el diario el kiosquero
-Está otra vez en filisteo-
-Yo no lo escribí,
me lo dieron así-
Con un largo suspiro
sacas algo del cajón
Es tu fiel traductor
de lenguas muertas a sajón
Suelta de noticias un montón
se construyó un puente nuevo
y derrotaron a un dragón
Despejando la mente, te levantas del sillón
Te subís de un saltito
a tu bici de cartón
Pedaleando despacito
no necesitás motor
El arcoíris ya se dispersó
En siete bandadas distintas
Y distraído te preguntás
-¿Cuándo me devolverán el color?-
Sacudiendo la cabeza
te acordás de la rima
Y esquivas la maleza
mientras vas cuesta arriba
Volando al lado tuyo
va un espantapájaros
De un vistazo a su reloj
ves que estas atrasado
Tendrás que tomar un atajo
por el palacio plateado
No esperás mucho alboroto
a la mañana tan temprano
Entrás por la puerta frontal
pedaleando por los pasillos
Te saluda con la mano
la guardia del castillo
Aunque estés tarde para clase
sí llegaste a tiempo
para la Gran Mascarada
-Esto es un contratiempo-
La realeza se pasea
con galas cotidianas:
Máscaras, vestidos
y sombreros de ala
Sobre la mesa principal
hay un magnifico banquete
Y también dos caballeros
cruzando sus floretes
Te prestan una careta
con plumas fluorescentes
Y te ponen una capa
roja como la muerte
Esquivando duques y marquesas
no te bajás de la bicicleta
Por fin salís por detrás
más cerca de tu meta
Ya afuera te encontrás
en la plaza del tiempo
Las plantas crecen para atrás
y las colas persiguen perros
Ya llegas a ver
el edificio colorido
Empezás a creer
que lo has conseguido
El gran bloque de cemento
parece un laberinto
Las paredes tres veces pintadas
y las pizarras sin aliento
Dentro rondan mil caras
desprovistas de máscaras
Dan vueltas en círculos
buscando sus aulas
Atás la bici cerca de la entrada
la anudás con diez pañuelos
Y cruzás la mirada
con ese rostro que inspira miedos
Es al Amor mismo
a quién tenés delante
Con los ojos más fieros
que cualquier almirante
Encontrándote sonrojado
mirás para otro lado
Y aún muy asustado
pasás rápido a un costado
Te dedica una sonrisa
que esquivas apresurado
-Uf, pasó bastante cerca,
hubiera estado acabado-
Con paso apurado
entras al edificio
Y buscas el aula
adecuada a tu oficio
-¡A una le gustaría
que llegasen temprano!-
Dice la profesora
con aire indignado
Te disculpás prestamente
y le prestás la mente
Todos juntos aprenden
que el ayer ya no muerde
Al salir un poco más tarde
te cruzás con el Miedo
Lo esquivas asustado
y te escondés presurado
Amor tiene varios rostros
pero Miedo posee todos
Cuando quiere va cambiando
por no cansarse del tono
Ya pasado un rato
salís tímido del nido
Tanteas por los pasillos
como Teseo sin hilo
Si conocieses a Ariadna
te lo podría haber prestado
Vos no sos como el héroe
no la hubieses abandonado
A la bici de cartón
te subís ya cansado
-En mí no hay color
nadie me lo ha dado-