Diario de un hombre en cenizas
El único simulacro que precede a un incendio es la chispa que genera tu boca en contacto con la mía, por ello te invito a arder para ser dos pirómanos inflamables, porque de fuego viviremos para no morirnos de frio.
Se prender la mecha para incinerar la gasolina de tus venas, se abrasarte con la mirada, conozco la piromanía de tu piel sin tener miedo de tus llamas, porque si tu eres la hoguera yo soy la astilla que arde en ella.
Como no ser fósforo si estoy diseñado para perder la cabeza cada vez que me enciendes, te metes en mi mente, en mi piel, en mis instintos mas primarios y me consumes con un calor sofocante, tórrido y caluroso.
Como te dije una vez yo ardo si tu me enciendes y se que es reciproco, pues no existe incendio sin pasión, ni pasión sin incendio.
Quien arde se quema y yo soy de aquellos que prefiere estar en tus brasas para estar siempre caliente.
Eres ese deseo capaz de masturbar el corazón hasta el orgasmo.
Diario de un hombre en cenizas.
Jordi Etresi
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