La noche atrapó mi sueño
celosa para no soñarte
era una lucha constante
hasta la aurora radiante.
El humo de la chimenea
caldeado de tus bondades
se fue disipando calmado
entre tus suaves rosales.
Y he quedado pensando
a la vera de tu espejismo
en alas de mariposas
tendidas en mi camino.
Tal vez no lloré tu ausencia
guardada en aquel baúl
que entre perderte ahora
volare en aquel unicornio azul.
Para rendirme a tus pies
en tu fragancia estampada
y entornarme brillante
en esa sutil mirada.