Y de pronto
el calor de los infiernos nos abraza en una hoguera de gritos
y sarcófagos hirvientes
Y de pronto
todas las bocas de abajo
la arquitectura vertical de los templos
el ornamento intocable de las jarras
las fruncidas ideas en los rascacielos
la dulzura de los armarios
regresan al calambre de los troncos
¡Terremoto!
la palabra del miedo colectivo
el hipo traidor de la tierra
arrebata a los seres amados
para dejar huérfanos del amor
y empapar un río de angustias
y máscaras calcinadas
por la mitad de los huecos
y el final de los charcos
Un segundo
y el precioso aliento recibe el golpe de la muerte
se raja la vejez de maderas secas
resuena la trompeta de las olas
Otro segundo
la puerta del cielo se nos abre.
Autor: José L. Condori C.