No he nacido para ganar, se podría decir que tengo las de perder.
No tengo un rumbo, un camino, un propósito.
Solo estos pies que me sostienen, pero salen corriendo al más mínimo ruido, y estas manos que dejan ir entre los dedos, los sueños que alguna vez tuve.
No tengo una meta, un lugar, un espacio.
Solo estos pulmones que me mantienen respirando el humo toxico de mi ambiente, y este corazón que se mantiene bombeando pero que a veces va tan rápido que creo que me quiere abandonar.
No tengo una vida, una razón, nada.
Solo este cerebro que cuando quiere me ayuda y me sube a las nubes, y cuando quiere me hunde al fondo del mar.
—Limoneyes