Esa mujer sufre, lo sé,
y sufre a horrores.
Desangra cada vez que yo la leo
tiene incorporado los temores:
cortos poemas y gigantesco anhelo.
Declara cosechar sonrisas
y siembra pistas
sin decir de frente
que tiene la mirada indiferente
de algún ausente
señor, que no conquista.