Buscando siempre la musicalidad
me someto a ese final recurrente
que suele repiquetear en mi mente
intentando no desvirtuar mi verdad,
tal como la concebí –en su integridad–,
y no cambiar el mensaje inmanente
que debería llegar a la gente
dotada de fina sensibilidad.
Pero podrían colarse nimiedades,
o pequeñas cuestiones semánticas
con unas sibilinas variedades
que introdujeran leves ondas cuánticas
sobre las iniciales puridades,
debido a las leyes consonánticas.