Creía no haberte visto nunca a ti.
Pero prendado estoy de tu retrato.
Tuve señales que no comprendí…
Nunca te vi ni de lejos ni de trato.
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¿Serán reminiscencias del pasado?
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No puedo asegurar que te he visto,
sin embargo, tu rostro es familiar
y a querer conocerte, yo no desisto.
Quiero verte y soy duro de doblegar.
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¡A la idea de verte no he renunciado!
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Ya siento tristeza por tu larga ausencia,
seguro que pronto, te veré cara a cara.
Al mismo Dios le hice mis confidencias.
Quisiera que mi alma tu alma abrigara.
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¡Conozco tu nombre, te he pensado!
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Imagino que el cariño va al corazón;
yo te lo envío cuando miro tu retrato.
También, rezo y te doy mi bendición.
Tu foto, es más que un simple ornato.
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¡Seguro te conoceré cómo he deseado!