Quedé cual gorrión enjaulado, mis emociones son el acompañante en mis noches de penumbras, pero que extraño no ver la luz del día, puesto la oscuridad es la única que mi ojos solo en ver, acostumbran; la claridad solo la visualizó en mis pensamientos, en esa imaginación, como aquel niño que imagina en volar, tan solo es un pequeño reflejo de luz que puedo observar a lo lejos, y sigo aquí, con mis ansias de escapar.
Sigo pensando, analizando en la manera de poder escabullirme, de poder tan siquiera hacer el intento, ya que si no lo intento seré un cobarde, y de hacerlo y no conseguirlo, solo perdería una manera de intentar, más no todas las formas en la que pueda de esa celda salir en libertad.
Me acostumbro y no quiero hacerlo, no quiero ser parte del ladrillo, o de los barrotes que me mantienen cautivo, no quiero parecer uno más de aquel montón que no hace nada para su libertad aún teniendo una puerta de escape, quiero ser aquel que derrumba la puerta, y volar como aquel gorrión cuando sale de la jaula.
Haré los intentos necesarios, así sea morir en el intento, sería mejor morir intentando, que morir encerrado aunque pueda perderme la oportunidad de volver a ver la luz de un radiante día, y si consigo tumbar la puerta, la última puerta que me lleve a la salida, o pueda que no lo consiga y me lleve al infierno, pero eso solo pasaría si no lo lograría.
Henry Ruiz
20 DE DICIEMBRE 2022
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