En la muchedumbre, a veces, busco la ciudad de la luz,
una ciudad donde mis miedos desaparezcan,
una ciudad donde mi alma atormentada y mi penumbra se diluya,
una ciudad donde la gente encuentra en la tempestad la calma.
La ciudad de la luz y de las estrellas,
donde solo se ven auténticas sonrisas,
donde esta prohibido el acoso y las supercherías,
donde se valoran las genialidades, el altruismo y las buenas obras.
A veces, a ratos, con personas realmente buenas,
me parece que..mi alma encuentra esa ciudadanía,
pero siempre alguna alma oscura me sobresalta,
y vuelve la persona autodefensiva y pulcra hasta la máxima.
Con los años busco cada vez más la ciudad de la luz,
los rayos que purifican mis múltiples defectos,
la sonrisa pura y buena y sana de mi hijo,
y a mí mismo un ser que ya solo busca el equilibrio.