Ella apareció tras la valla,
el miedo apoderaba su mente,
la calle, oscura y sucia,
las luces sin brillo, latían
Unos pasos la adelantaron,
impaciente y nerviosa
sentía el escalofrío del miedo,
cogió fuerzas, continuó su camino
En el cruce le miraron las chicas
guardianas del sexo nocturno,
exuberantes, intimidantes y
Ella, acelero el paso, presta.
La sensación de ser perseguida
hace latir sus sienes, fuerte,
hace calor y suda, y corre
hasta llegar a un rotulo: “club”
Alguien le cogió del brazo,
se estremeció y casi lloró, pero
se dio la vuelta y… ¡allí estaba!
su amor recuperado, deseado.