Pablo R.

HASTIO

 

 

Me cansé de vivir

en lo tenebroso de la noche

para llegar a la incertidumbre

de la mañana

con un sol que no sabe amanecer

y vive atardeciendo

entre sombras de silencios.

 

Me cansé de sobrevivir

a los cambios de humor,

tan impredecibles

como los cambios de clima,

con sus vendavales y tormentas,

esperando que amaine el huracán

que no termina de pasar,

ni termina por correr.

 

Me cansé

de intentar curar heridas

que no he provocado,

de sanar cicatrices

de algún viejo pasado

oculto en la bruma de las inseguridades

que cada tanto

vienen a tocar la puerta

como una visita indeseable

y poco bienvenida.

 

Me cansé de intentar

buscar el equilibrio en la cubierta 

de este barco que naufraga lentamente,

mecido por las aguas de los miedos

y los fantasmas

que solo existen en la imaginación

y poco o nada

tienen que ver

con la realidad intangible

en la que a veces te sumerges.

 

Me cansé de ser el príncipe

que intenta bajarte la luna,

satélite de luz prestada

que tal vez ni siquiera deseas

pues no sabrías que hacer con ella,

quizá romperla entre tus manos

o aherrojarla en el rincón de los olvidos.

 

Sí, me cansé de quererte,

de ser el títere de tus caprichos;

el juguete desvencijado

que buscas cuando estás aburrida 

de tu mundo utópico

que no llena el vacío que ostentas,

de no saber qué es lo que quieres.

 

 

-. PaR

Derechos Reservados

22012022